El trato directo y cercano y la especial atención por los detalles es lo que diferencia nuestro agroturismo. Juana y su equipo estarán a tu disposición en todo momento para que te sientas como en casa y tengas una estancia perfecta. Durante los días que estés con nosotros podrás descansar en la habitación, relajarte en la piscina, tomar algo en el jardín o dar un paseo por la finca y descubrir sus talayots.
La decoración de los interiores está inspirada en los elementos típicos de la isla. Materiales naturales y artesanales para crear un ambiente de serenidad y calma. Muebles hechos a mano de madera, esparto, textiles de lino y algodón en tonos inspirados en la naturaleza. Todas las habitaciones tienen unas baldosas hidráulicas seleccionadas especialmente para cada habitación. En el exterior, la fachada de piedra del hotel y las barreras de acebuche son un reflejo de la cultura y la tradición menorquina.
El desayuno es la mejor experiencia al hospedarse en un hotel, por eso nos esmeramos para garantizar que sea inolvidable. Optamos por productos locales, como la leche, quesos, sobrasada y otros embutidos autóctonos de la isla y las mejores ensaimadas y cruasanes que probarás en Menorca. La fruta que servimos proviene directamente de nuestro huerto y árboles, con la que también hacemos deliciosas mermeladas caseras. Al igual que el aceite de arbequina que ofrecemos, que es producido en nuestra propia finca.
Cruce de caminos, escala de pueblos y civilizaciones, Menorca ha sido escenario, desde tiempos ancestrales, de la elaboración de aceite. Una producción que quedó prácticamente interrumpida a finales del siglo XX y que, desde hace unos años, se está recuperando gracias a productores locales que apuestan por ofrecer un producto de proximidad y gran calidad. Desde Ses Talaies nos hemos sumado al interés por recuperar la producción de aceite con la siembra de olivos en las cuatro hectáreas de terreno de la finca. Un excelente aceite de arbequina que servimos desde hace algunos años.
La finca de Ses Talaies debe su nombre a la presencia de tres talayots en tan solo cuatro hectáreas de terreno. Estas torres de piedra, de planta circular o elíptica que se erigen imponentes por todo el territorio isleño, son herencia de los primeros habitantes de Menorca. Los talayots impresionan por su dimensión, sus diferentes formas y tipologías. Su encanto es increíblemente poderoso. Son elementos del pasado plenamente integrados en el paisaje y el territorio que nos conectan con la Menorca más mágica y misteriosa.